A menudo nos quejamos y creo que con mucha razón de la poca implicación de las empresas con el baloncesto femenino que en no pocas ocasiones ha implicado que equipos por falta de apoyo renunciasen a su plaza en Europa.
En mi caso el “Club de la piruleta” nació para colaborar con un@s chavales y reconozco que también lo hice egoistamente por mi. Sí, porque tras dos años escribiendo en que hay días que no tienes ganas de coger el ratón fue una forma de encontrarle algún sentido a continuar escribiendo con cierta regularidad y es que al menos alguien se beneficiaba de que yo perdiese unas horas a la semana.
A diferencia de las empresas a quienes les cuesta dinero de su bolsillo, en este caso la colaboración es tan simple como dar un click más a los miles que damos cada día. Comprobar que la gente entra a leer lo que escribes, retuitea, le da al me gusta y apenas un 1% de las visitas se acuerda de darle al click porque pasa de largo, ahora mismo reconozco que no me anima mucho a continuar escribiendo, al contrario.
Ayer leía un tweet en que la gente aplaudía el gesto de Mbappé de donar su sueldo con la selección francesa a una asociación benéfica de personas con discapacidad, pero sinceramente me resulta paradójico comprobar que nosotr@s seamos incapaces de darle a un click y podamos conseguir gratis la sonrisa de un chaval.
Así son las cosas y así se las hemos contado como siempre hago, ahora mismo yo y mis principios también estamos valorando seriamente renunciar a nuestra plaza en la “competición” de las redes por falta de apoyos.
Seguiremos informando … o no porque sinceramente ni yo lo sé.